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Historia de la Poesía

INTRODUCCIÓN

El romanticismo es el movimiento que toma como centro al burgués. El concepto de imaginación como facultad creadora nace con los románticos y abre camino a la literatura contemporánea. El artista es visto como un creador absoluto. El poeta es visto como un vidente que integra conocimientos de la realidad exterior con sus sensaciones internas para dar una imagen diferente del mundo. El parnasianismo, en cambio, se caracterizó por el afán de renovar la expresión de perfeccionar la forma, que debía ser implacable, bella, escultural y de líneas muy puras. Era necesario evitar el sentimentalismo, la nota íntima y el desliz emocional. El poeta era un artífice de la palabra, conocedor de todos los recursos de la lengua y el verso. Se ponía el acento en las rimas suntuosas, el vocabulario fulgurante, el rigor y el equilibrio. En el simbolismo se revaloriza la intuición y el intimismo, descubre las emociones, sugiere por medio de analogías, alegorías y símbolos. Reclama una visión del mundo como misterio. El poeta hace de su obra algo "sugestivo" que penetra en los dominios del ensueño. Se propusieron convertir la poesía en música, renunciando a todo efecto oratorio. El modernismo se desarrolla cuando la sociedad capitalista entra en la era de consumo y derroche, cuando los avances científicos y tecnológicos creaban una ilusión de progreso. Este movimiento fue la reacción artística e intelectual, que buscaba separarse de la sociedad burguesa a través del arte. En la Generación del ’98, el poeta busca verdades mas que bellezas, Camina sueño adentro, atravesando su mundo interior. El poeta de esta generación se caracteriza por ser antirretoricista. En este período se busca el enriquecimiento de la lengua partir de las raíces etimológicas.

ROMANTICISMO

En 1780, en Inglaterra, se produce un movimiento poético de inspirado romanticismo, el de los poetas "lakistas" que proclaman el imperio de la naturaleza y el sentimiento, contra el artificio escenográfico y la razón seudo clásica.

Pero esta escuela se afirma en Francia con el prólogo "A Cronwell" de Víctor Hugo y el estreno de su obra "Hernani" en 1830; lo sustenta asimismo la pluma de Lamartin, Musset, Vigny, Sand, Jacques Rousseau y otros de actitud romántica manifiesta.

El Romanticismo proclama el amor a la libertad y a la naturaleza, la búsqueda de lo exótico y el regreso a la Edad Media. Tiene como connotaciones más salientes, la exaltación del "yo" y se orienta hacia dos actitudes distintas en el tratamiento de sus temas: una, más objetiva, de intención socializante y revolucionaria, que actualiza los preceptos inspiradores de la Revolución Francesa (el caso de nuestro Echeverría, para dar un ejemplo); y otra subjetiva, intimista, lacrimógena y plañidera surgida de sensibilidades enfermizas proclives del abatimiento y no preparadas para las circunstancias adversas, dolorosas y hostiles que opone el diario vivir (el caso de Adolfo Bécquer). Unos, románticos; los otros, individualistas.

PARNASISMO

En 1850, en tributo al romanticismo nace en Francia una escuela poética que recibe el nombre de Parnaso. Pero es en realidad una reacción contra el subjetivismo romántico y se caracteriza por la estilización de la forma que exaltaría la doctrina del "arte por el arte".

Leconte de Lisle, su jefe, da nuevo aliento al gusto por lo exótico, exaltando las mitologías paganas, el budismo, el brahmanismo. Junto a él integran el grupo parnasiano: Catule Méndez, Prudhomme y el cubano José Maria Heredia que, aunque su brote fue mas tardío, fue el mas típico representante.

SIMBOLISMO

Como reacción contra el realismo (encarnación literaria del positivismo), Charles Baudelarie inicia este movimiento que revolucionaria la actitud poética.

Es indudable, que aunque Edgar Allan Poe haya sido su precursor, el movimiento nace en Francia y de ahí irradia a otros países.

Es una especie de Neorromanticismo que se opone al verso helado del Parnaso y a la frialdad concreta del realismo. Un verso algodonoso, envuelto en niebla, un nuevo enfoque subjetivo de la realidad, pero de un subjetivismo que traduce estados imprecisos y desviados. La poesía simbolista es hermética, misteriosa, elegante, aristocrática, y por lo tanto, antipopular.

Es poesía para elegidos, de evasión de la realidad, que solo se la entreve a través de enigmas y de zonas de silencio y misterio.

* Dos corrientes literarias mas o menos simultáneas que se oponen, configuran literariamente las postrimerías del siglo XIX: el Modernismo y la Generación del 98.

MODERNISMO

Respondiendo al liderazgo de Rubén Darío (renovador de temas y de formas), este es un fenómeno exclusivamente poético influido por parnasianos y simbolistas. El Parnaso dará la perfección de la forma y la creación de nuevas metáforas y ritmos ("el arte por el arte"). Y el Simbolismo la incorporación de estados subjetivos, brumosos e imprecisos en un refinamiento temático. Surge así la poesía musical y plástica que agilitaría los metros tradicionales (tal el caso de Alejandrino) y crearía metros nuevos.

En cuanto a la Argentina, donde permanece Darío, durante largos periodos, convirtiendo a Buenos Aires en el centro experimental y de afirmación del movimiento. El modernismo se caracteriza por metáforas audaces de sorprendente elaboración, con su rica temática y la musicalidad de sus versos, irradia desde los círculos literarios porteños hacia todo el continente.

El movimiento modernista propiamente dicho que abarca desde 1888 hasta 1920, desemboca en una actitud prolongada de esa estética y esa retórica, vigente aún dentro de las Escuelas de Vanguardia. Muchos autores no logran entregarse del todo a esta subversiva actitud poética y mantienen cierta fidelidad a la tendencia modernista pero atemperando la ampulosidad de la retórica y reaccionando contra el excesivo barroco.

GENERACIÓN DEL 98

El desastre militar (la pérdida de Cuba y Filipinas), la inestabilidad política y la inseguridad económica habían llevado a España a un estado de depresión y al aislamiento con respecto al resto de Europa cuyos movimientos post-romántico, parnasiano y simbolista no logran trasponer las fronteras de la península.

Esta clausura dentro de sus propios límites territoriales la mantiene en ese letargo del cual reacciona merced a la presencia del jefe modernista que es uno de los factores desencadenantes de la creación de este movimiento paralelo. Es de intención socializante originado y desarrollado, con cohesión corporativista y fe en los destinos de una nueva España.

Un grupo de jóvenes con afán profundo de "europeizarla" se lanza hacia todos los caminos de Europa en una búsqueda desesperada de información, e importa las ideas filosóficas y la orientación literaria capaces de encaminar la vida política, social e intelectual del siglo XX dentro de la verdadera problemática contemporánea.

El héroe de esta generación es Miguel de Unamuno, ensayista y novelista vasco de estilo apasionado y fuerte personalidad.

GENERACIÓN DEL 27

Diez años antes, en España, queriendo vinelar su literatura con la de la vanguardia francesa que avanzaba en la exaltación de la metáfora, se afirma el movimiento ultraísta.

En 1927 (con motivo del tercer centenario de Góngora) se produce la presentación de un grupo de poetas en las lecturas y conferencias de Sevilla. Ese acto los haya reunidos y admiten como guías de lirismo a Juan Ramón Jiménez y a Antonia Machado. Sin "manifiestos" estridentes, sino por el camino de la edición de sus obras, ratifican el triunfo de la poesía sincera y esencial que no podía morir. Pedro Salinas, Miguel Hernández y Jorge Guillén con los antes nombrados, se unen a esta generación dueña de una poesía tensa y pulida.

Gran parte de la creación poética de esta generación puede acusar técnicas surrealistas por sus recursos formales pero en esa "expresión de los inexpresable" que es su poesía, se ofrece una imagen real de este mundo de dolor, de miseria y de explotación humana.

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